El Valle de Viñales corresponde a la localidad de Viñales, ubicado en la vertiente norte perteneciente a la provincia de Pinar del Río la región más occidental de Cuba. Posee una extensión territorial de 693,77 kilómetros cuadrados, sin incluir un área de 920 hectáreas pertenecientes a los cayos adyacentes, lo cual representa el 6% del área total de la Provincia.
La pequeña población de Viñales, se encuentra enclavada en la Sierra de los Órganos, parte integrante de la cordillera de Guaniguanico, en una fértil llanura sembrada de monolitos verticales cubiertos de vegetación (mogotes) y donde predomina un relieve eminentemente montañoso.
Las primeras referencias que existen sobre Viñales plantean que tras múltiples traspasos de bienes en 1871 la hacienda de Viñales es adjudicada a Don Andrés Hernández Ramos, que en 1878 dona dos caballerías y ocho solares de tierra para la construcción de un poblado con la infraestructura característica de la época (iglesia, casa para ayuntamiento, plaza de recreo, escuela y hospital). En enero de 1879 se declara oficialmente al pueblo de Viñales como término municipal. Desde entonces el municipio se ha convertido poco a poco en una de las zonas más prósperas de Vueltabajo.
El territorio es portador de valores históricos-culturales, igualmente relacionados con la arquitectura y sus tradiciones. Dentro de sus valores arquitectónicos, se destaca la presencia de portales sostenidos por columnas de ladrillo aplantillados semicirculares, predominando en ellas el orden Toscano. La localidad cuenta con once sitios, donde ocurrieron hechos relevantes para la historia cubana. Actualmente el pueblo de Viñales posee una población alrededor de 10 000 habitantes.
En Viñales se localizan por sus peculiaridades biológicas, geográficas, geológicas, turísticas e históricas cuatro áreas protegidas y una de ellas reconocida en 1978 como Monumento Nacional -El Valle de Viñales- e insertada como Parque Nacional y por concepto de propuesta como reserva natural: La Sierra del Infierno, Sierra Ancón y la Sierra de Viñales, sitios ideales para pasear a caballo, caminar por senderos, observar la naturaleza y disfrutar del hermoso paisaje.
El patrimonio monumental de Viñales está constituido por el Valle y el pueblo, ambos protegidos legalmente y reconocido por la UNESCO en 1999 como Patrimonio de la Humanidad. Igual importancia adquiere el sitio histórico de Ceja del Negro y la Gran Caverna de Santo Tomás. Por la presencia de pinturas rupestres fueron declaradas Monumentos Locales la Cueva del Cura, la Cueva de los Petroglifos y la Cueva del Garrafón en la Sierra de los Órganos.
Estas áreas protegidas poseen importantes valores naturales y se reconocen por sus paisajes monumentales de gran belleza con mogotes verticales y sierras cársicas, rica en flora y fauna y en las zonas de pinares; además de resolladeros, sumideros, ríos subterráneos, aguas mineromedicinales, pequeñas playas y cotos de caza. La existencia de cuevas es muy común en esta zona, pues cuenta con el mayor sistema cavernario de Cuba, las cuales se forman por la erosión de los ríos. De ellas se destaca la Cueva del Indio, atravesada por el río San Juan y la de Santo Tomás, la mayor de las Antillas, con 45 kilómetros de largo. Históricamente estas cuevas jugaron un papel importante, porque les dieron refugio a los aborígenes de la zona y posteriormente a los esclavos fugitivos. El Valle de Viñales posee especies vegetales y animales únicas y casi en extinción; entre las primeras, las más destacadas son la palma de corcho, el agabe, el macusey hembra, el roble caimán, el drago, el ceibón, la palmita de sierra; mientras en las segundas sobresalen las aves como tomeguines del pinar, sinsontes, totíes, zunzún, tocororo, cartacuba y ruiseñor.
A cuatro kilómetros del pueblo de Viñales se encuentra el mogote Dos Hermanas, que exhibe en una de sus laderas el Mural de la Prehistoria, un enorme fresco de 120 metros de alto por 180 de ancho en el que el cubano Leovigildo González, discípulo del muralista mexicano Diego de Rivera, representó los animales y criaturas que vivieron en esta región durante la prehistoria.
La importancia del patrimonio natural y arqueológico de Viñales, le ofrece interesantes perspectivas desde el punto de vista turístico y recreativo, con variadas opciones para el disfrute, alojamiento y el entretenimiento. Existen instalaciones turísticas, carreteras para el recorrido por el lugar, miradores y un Centro Espeleológico Nacional; además de conocer el pueblo de Viñales y compartir la generosidad y amabilidad de sus habitantes. A pocos kilómetros de Viñales se encuentra Cayo Levisa, ubicado en la costa norte y al cual se accede por mar desde el embarcadero de Palma Rubia, en una travesía que se extiende por unos 30 minutos.
Es uno de los más grandes frescos abiertos del planeta con 120 metros de altura y 160 de ancho. Fue creada en 1959 por el pintor y científico Leovigildo González (discípulo del muralista mexicano Diego Rivera) con la ayuda de más de una docena de agricultores que se ofrecieron como voluntarios para la arriesgada tarea de lanzar paracaídas para subir a la cumbre. Este mural muestra la evolución de la vida en sentido natural en Cuba. Está situado en una pared vertical pintada en la loma llamada Pita, que fue despejada para realizar este trabajo. La roca fue lavada y los drenes fueron hechos para evitarlo en el futuro, erosión debido a la lluvia. El mural representa el pasado biogeológico de la región, considerada una de las tierras más antiguas del Caribe. Junto con las figuras humanas que evocan a los nativos de esta zona del archipiélago, se incluyen los de grandes mamíferos como megalocnus rodens (oso gigante desaparecido) y amonitas, moluscos de más de 70 millones de años. Ecured